"A menos que se pruebe mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón —porque creo al Papa, ni los concilios, ya que está demostrado que han errado, contradiciéndose a sí mismos— no me retractaré. Estoy sometido a mi conciencia y soy esclavo de la palabra de Dios. Y hacer algo en contra de la con ...ciencia no es sano. No puedo hacer otra cosa y esta es mi postura. Que Dios me ayude" -Martín Lutero-.
Esta fue la respuesta de Lutero frente a la exigencia de retractarse de sus escritos y convicciones o ser excomulgado el 16 de abril de 1521, durante la llamada Dieta de Worms.En ese exacto momento el Papa Leon X se farreó la oportunidad de cerrar un cisma y sobretodo devolver la Fe y la figura de Cristo, con toda su ejemplaridad y atributos, al centro de esa Fe.
Hoy el Catolicismo Romano tiene la oportunidad única volver a intentar en liderar su propia reforma, tal como lo pretendió ese gran pastor del siglo XX llamado Juan XXIII, el "Papa Bueno".
En mi opinión, al momento en que la iglesia católica se alejó de las reformas del concilio Vaticano II, se comenzó a generar esta crisis: El temor a ver afectadas las ideas de que el poder Papal es divino, que éste además revela la Voluntad de Dios, y que la iglesia y su tradición son infalibles (más otras parecidas) hicieron esconder bajo la alfombra los errores y horrores de sus ministros y las fallas de su sistema.
Como dicen por ahí: no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Los conceptos y valores ecumenicos y revisionistas con que partió dicho Concilio iban por buen camino. Sin embargo eran contrarios a la Curia Romana y su poder temporal.
Así fue que en cuestion de dos papados, (si contar a Juan Pablo I sobre quien se especula fue asesinado) estos principios quedaron en los hechos abolidos y bajo el Papa más conservador y a la vez más carismático de los últimos siglos, Juan Pablo II, hicieron pebre la reforma profunda que se había iniciado.
Lo Triste de todo esto, es que todo término pésimo: Con Teólogos reformistas practicamente exiliados del mundo vaticano (el mejor ejemplo es Hans Kung), con el poder entregado a hombres hechos en la política, sin piedad cristiana como el Cardenal Bertone y, lo que es peor, volviendo al culto a la personalidad, ese que Jesús expresamente repelió y que correctamente Juan XXIII quería erradicar.
Quizás Joseph Ratzinger, quien antes de ser el intelectual del conservaturismo acompañó a Kung en sus ideas, sea quien volviendo desde la vereda conservadora, cambie esta historia, y muestre a través de un liderazgo efectivo de su iglesia, que Dios es efectivamente Amor.
Que alguien diga "Amén".